El encanto del erizo... y el de un filme francés

¿Quién dice que un buen filme no puede ser una película elegante? Aquí está la cinta francesa El encanto del erizo (2009; LE HÉRISSON), dirigida por la realizadora Mona Achache, para demostrarlo. Es un filme visualmente espléndido con inteligencia en su relato y en los diálogos. En ella, tenemos una banda sonora que es bocado de dioses: música con imágenes. Para redondear su bondad artística, las actuaciones son imponentes, sobre todo la de Josiane Balasko, como una conserje que ve pasar su vida entre el trabajo, la literatura y lo que pudo haber sido y no fue. La acompaña una adolescente excelente actriz, Garance Le Guillermic, quien asume –digamos– el peso intelectual del filme, en el papel de una jovencita, quien busca descifrar la realidad desde una situación que no disfruta: la de ser niña bien en un hogar millonario y burgués y quien le ha puesto fecha a su muerte: se suicidará al cumplir los 12 años. Si la niña cumplirá o no su objetivo es cuerpo y alma de la trama. En tanto, la conserje se verá implicada en una relación de amor naciente con un nuevo inquilino del costoso edificio: un hombre japonés delicado y desprendido, situación que también envolverá a la niña de manera sutil. Esta historia vio primero la luz literaria, con la novela escrita por la profesora de filosofía Muriel Barbery. Ahora resplandece de manera propia en pantalla grande. (wílliam venegas)