Rito: con el diablo ni a misa ni al cine, por lo visto

Uno puede creer o no en posesiones diabólicas y en exorcismos. Sin embargo, si una película aborda dicho tema, al menos debe creer en lo que narra, tener convicción y coherencia interna con su relato: hacerlo creíble y posesionarse del espectador. Esto es lo que le falta a la película El rito (2011), dirigida por el realizador sueco Mikael Håfström, con un guion pusilánime de Michael Petroni, según la novela de Matt Baglio. El rito es una puesta en imágenes monótona, poco creativa y nada creíble de parte de Håfström. Es parte de la torpeza, inverosimilitud y poca vehemencia con que está manejada esta película, anunciada como de terror, cuando lo cierto es que aquí el diablo hace las ollas, pero no las tapas. Me dio pena la actuación de Anthony Hopkins, quien debe lidiar con un personaje mal diseñado (el padre Lucas, exorcista poseído luego por su enemigo Satanás). Ni siquiera Hopkins se toma en serio su trabajo y parece más interesado en cobrar su cheque que andar, en pantalla, espantando leviatanes. (wvs)