Cartas a Elena, película hecha con buen sentimiento

Crítica como se ve
en La Nación;
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Hay películas que son resultado de un ejercicio sentimental. Es el caso del filme que ahora llega al país con el título de Cartas a Elena (2012), con presencia costarricense en la producción, en la música y en la actuación de la joven Catalina Odio (Gatilla) como Elena.

Películas de este tipo no debemos verlas con un manual bajo el brazo. Cartas a Elena es cinta para atraparle la bondad de su texto y salir gozosos de la sala. Muestra un pueblo de viejos. La gente más joven ha emigrado a Estados Unidos, tras el vano “sueño americano”. Sin embargo, solo malas noticias llegan de parte de los emigrados. Cartas a Elena se convierte en filme epistolar con denuncia política. Las cartas que llegan al poblado chihuahense llenan de dolor a sus habitantes. Un día, un jovencito, Emilio, descubrirá la fórmula para trocar los pesares en alegrías, pero con resultados inesperados que hacen, del pueblo, un remolino de chismes. Lástima que el trabajo actoral no sea el mejor para tan absorbentes personajes. Quien más falla es el joven José Eduardo, como Emilio. Tampoco lo hace bien la costarricense Catalina Odio. La musicalización del costarricense Edín Solís resulta excesiva (lo prudente es cerrar los oídos en algunos tramos). Vuelta al principio: es la sensibilidad del relato y el corazón de la película quienes me hacen recomendarla a mis lectores.

Crítica completa, puede ser leída con clic en:
http://www.nacion.com/2012-08-06/Entretenimiento/critica-de-cine--cartas-a-elena.aspx