Mi casa escondida: primer estreno teatral, 2011.

No me gusta ese teatro financiado por organizaciones sociales. La intención es loable. Sin embargo, querramos o no, produce un teatro con resabios de discurso apelativo y hasta de sermón, por lo que se siente panfletario e incluso maniqueo. Es lo que pasa con el primer estreno teatral del 2011, del grupo Skené, con la obra Mi casa escondida, escrita por Diego Andrés Soto, quien no se escapa de lo señalado. El director Amaral Sánchez hace un gran esfuerzo por lograr una escenificación creativa; pero no logra soltarle las amarras al hecho del auspicio por el Patronato Nacional de la Infancia (Pani), mientras los actores le corresponden al estereotipo. Elogio la presencia de una joven actriz que cautiva con su trabajo como la niña agredida: Zai Villegas, grata presencia, exquisita voz, fina dicción, dueña de los detalles para corporizar a su personaje, sugerente. Nunca la había visto, ojalá sea el comienzo de una actriz de la que hablaremos bien luego. (wílliam venegas)