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lunes, 27 de abril de 2015

"Whiplash: Música y obsesión": buen tratamiento


En Whiplash, el jazz es asunto dramático
 plasmado con sinceridad y devoción


La película Whiplash: Música y obsesión (2014), escrita y dirigida por Damien Chazelle, dice su historia sin alardes narrativos, pero con limpieza visual. Es el paso primero de su bien calada expresividad. Con la dureza misma de un redoble de tambor, esta película relata las contradicciones entre un músico director de una banda de jazz y un joven baterista, a quien se le exige más y más, desde la tiranía del poder del director mentado. El filme pone en el tapete el asunto de si debe haber o no algún límite en las exigencias de un maestro para con su discípulo, asunto llevado –incluso– al plano ético. Como concepto, Whiplash: Música y obsesión es cine sobre el triunfo del individuo por encima de cualquier obstáculo, metáfora del alienante pragmatismo liberal en economía y política. La película se concentra de tal modo en el joven músico, llamado Andrew, que su éxito parece ajeno a la importante noción de conjunto, necesaria en una banda u orquesta, cualquiera que sea. Incluso, dentro de los repetidos diálogos del filme (esto por la presencia de su trama monotemática, lo cual no le es virtud), dentro de tales diálogos se oye decir que si un músico no tiene habilidad para un instrumento, acaba tocando rock. Un roquero podría contestar que si un músico se equivoca una vez es un error, pero si se equivoca dos veces es que ejecuta jazz, pero el guion literario del filme no le da esa oportunidad. Pese a su argumento monotemático, Whiplash: Música y obsesión se permite un buen tratamiento de su historia. Lo hace sin fisuras, con excelente apoyo de su banda sonora, con fino trabajo en fotografía (el color es sígnico) y con logrado punto de giro hacia un clímax dinámico. Como ven, no es poco.

39 comentarios:

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Whiplash: Música y obsesión es cine que no debemos pasar por alto: por secuencias es visualmente mayestático y, desde su concentrado relato, logra darle tensión a la trama en general y pasión a los momentos claves de la historia. Ahí está.

El excelente ritmo del filme debe su vehemencia al buen golpe del montaje: escena a escena, resulta axiomático el copioso y plausible trabajo de montaje (edición) firmado por Tom Cross.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

WHIPLASH: MÚSICA Y OBSESIÓN
Título original: Whiplash
Estados Unidos, 2014
Género: Drama
Dirección: Damien Chazelle
Elenco: Miles Teller, J. K. Simmons, Melissa Benoist
Duración: 106 minutos

Calificación: CUATRO ESTRELLAS ( * * * * ) de cinco posibles

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

El tono centrípeto en WHIPLASH de la historia permite resaltar las magníficas actuaciones. Con buen diseño de su personaje autoritario, resulta enorme el trabajo de J. K. Simmons como Fletcher, el director de orquesta. Y como tiro al aire, deviene suave y sensible la actuación de Melissa Benoist como la novia del joven ejecutante.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

De alguna manera, este filme coloca en el plano de la música una historia que casi siempre vemos con películas sobre algún deporte. Esto tiene que ver con el gusto que el guionista y director siente por la música y, en lo específico, por el jazz.

Milo Baggins / Fanatiticos del CINE dijo...

"Whiplash"
Dir.: Damien Chazalle | USA | 2014 | Drama. Música.
Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist...
El intenso deseo del artista por figurar en su medio, y el enfrentamiento entre dos seres impulsados por su orgullo, son las figuras centrales que componen esta magistral clase de Jazz. "Whiplash" da en el punto correcto al enfocarse en la evolución de un personaje rodeado por el ambiente musical, lleno de retos al límite donde no importan los "buenos trabajos" (como dice uno de los personajes), sino el arduo empeño y la violenta competencia en busca del mejor exponente. Un análisis psicológico del mundo interior de aquellos que sufren por ser reconocidos y no quedar en el olvido.
El mundo de una persona involucrada en el arte puede convertirse un lugar hostil. Ése es el caso de Andrew, quien por mucho tiempo ha sido el segundo baterista de la orquesta. No hay un genuino afecto en su familia por su trabajo cuando logra un alto puesto en la orquesta, y las pruebas son constantes y difíciles de superar; y a pesar de su incapacidad por conectar con otras personas, su oportunidad de formar una pareja es anulada por su sueño: ser el mejor baterista de Jazz.
A base de un ejercicio sorprendente de dirección por parte del novel Damien Chazalle, y un monumental trabajo en edición y sonido, el filme logra conjugar un guion redondo y sin graves imperfecciones. Se aprecia como cada suceso concuerda con la dinámica del tema y su personaje: problemas familiares, sociales, y sobretodo, la inclusión de un antagonista de gran calibre, el director Fletcher, interpretado con sumo detalle por el icónico J.K. Simmons. En menor rango, se observa la batalla entre los tres bateristas de la orquesta, quienes se manejan por la ira, el orgullo, la satisfacción ante la caída del otro y la decepción.
El argumento da vueltas sobre la presión y los límites humanos, cómo éstos son elevados para sacar lo mejor de una persona, pero lo peligroso que resulta si se excede y se llega al más arriesgado extremo (caso del alumno de Fletcher). También hace énfasis a la voluntad y lo automatizado que se vuelve una persona con tal de lograr su máximo alcance, donde no importa la situación, por más absurda o catastrófica que sea.
Sundance premió esta película como la mejor del festival, que si bien es una historia rediseñada, no deja de impresionar por su ubicación temática y la cordura de su práctica. Una delicia para cualquiera que busca elementos cinematográficos (música, fotografía, edición...), o que es amante del fabuloso Jazz.
Calificación: 10

Angie Meneses Ryan dijo...

Me encantó Whiplash, sin embargo debo decir que no es una pelicula de jazz... El jazz no se trata de cuan rápido se toque, aquí se enfocan tanto en la rapidez que parecía que estaban tocando speed metal. El tipo de presión que se ejerce sobre el alumno, casi en la tiranía sí existe, pero mas que todo en la musica clásica, uno no se atreve a decirle a un músico de jazz "not my fuckin' tempo" ... Podría encontrarse con respuestas igual de malcriadas jeje... En fin es solo una película.

Julio Montoya // Fanatiticos del cine dijo...

WHIPLASH

Es en efecto una de las críticas que se le han hecho a este filme, que mide el rendimiento del baterista de jazz por su rapidez, no por otras medidas más exactas de precisión y habilidad, que resaltan más en el género. Pero como alguien dijo por ahí, las opción de enfatizar la velocidad es para darle algo más tangible a la audiencia, pues si se enfocara en otras medidas de habilidad, probablemente serían tan técnicas que la mayoría no las entenderíamos.

Tampoco se trataba de hacer una película solo para músicos. Y al fin y al cabo, como Angie dice, es solo una película.

Julio Montoya // Fanatiticos del cine dijo...

Creo que más bien hay que señalar el mérito de que la música escogida es Jazz, un género muy descuidado para las generaciones actuales. Me imagino que la película va a ser un medio eficaz para que muchos se comiencen a interesar por el estilo, y hasta atraiga gente que no solo lo escuche, sino que lo practique.

Ricky YU dijo...

Gracias don Wílliam Venegas La Huella Del Ojo! Ya dos personas más me dijeron que vale la pena ir a ver esa película.

Carmen Fernández dijo...

Whiplash: Música y obsesión es una película intensa, impresionante por la dureza de sus secuencias y por su marcado fondo sicológico. Es una guerra de poder entre profesor y alumno.

El filme enfrenta a dos generaciones el profesor déspota, exigente y perfeccionista Terence Fletcher (J.K. Simmons), quien por su experiencia y talento sabe que el arte debe expresarse sin mediocridad, y el alumno que no se doblega, a pesar de las humillaciones y agresiones del educador.

La pasión y la ambición del estudiante de artes musicales (Andrew), lo hace desarrollar una obsesión y sobrepasar los límites de su capacidad artística y demostrar su talento sacrificando todo a su paso. Es la lucha por el triunfo.

Saludos, Carmen Fernández

Carmen Fernández dijo...

Con ser de música, Whiplash, esta película interesa tanto a músicos como a los no-músicos.

Daniel Granados Castillo / Fanatiticos dijo...

Discrepo un poco con respecto al tema de la rapidez. Primero, Fletcher busca a alguien que logre un "double swing" para Caravan, pero hay otros factores entre él y Neyman, como por ejemplo la escena del "Rushing or dragging" donde intenta dejar en ridículo a Andrew por su mala precisión. Incluso tocando esa canción, Whiplash, doblan el tiempo para que el joven se acomode por primera vez.

Carmen Fernández dijo...

Me gustan los comentarios sobre el jazz que aquí han escrito algunos seguidores de este blog.

Saludos... Carmen Fernández

Sergio Beeche Antezana dijo...

LA INCANSABLE Y EXTRAORDINARIA WHIPLASH

http://badhairdays.net/2015/01/22/la-incansable-y-extraordinaria-whiplash/

Por Sergio Beeche Antezana

Por lo general, cuando se ve una película, el público busca momentos de catarsis y distracción que sean fáciles de digerir y olvidar. Por eso es que las batallas grandiosas de la edad media, carreras rápidas y furiosas o simples encantamientos que lleven a escenas de mucho movimiento son temas que pueden causar con facilidad el clímax deseado en la audiencia y dejarla satisfecha. Por eso es que ahora se prefiere montar este tipo de espectáculo visual antes de contar bien una historia.

Entra a escena Whiplash y rompe, de cierta forma, con esa concepción de una escena de acción, donde no es necesario tanto efecto especial, sino buen manejo de lo técnico y simple creatividad.

Y es que de principio a fin, este pequeño, gran filme maneja un nivel de ansiedad, emoción y velocidad, mientras funciona técnicamente con excelencia: imágenes finas y pulidas, personajes inolvidables y una originalidad en el guión digna de ser recordada; escrita y dirigida por el primerizo, Demian Chazelle (excelente).

Andrew Neiman es aspirante a baterista de jazz. En su conservatorio está el profesor Terence Fletcher, quien lo recluta y le sacará hasta la última gota de sudor (y unas cuantas de sangre) para que logre tener el mejor estilo al tocar.

Es una relación de maestro y alumno donde terminan saliendo chispas, no solo por la química entre los actores, sino porque cada personaje es construido, desde el principio, con suma precisión: el profe, un exquisito villano exigente y vengativo (formidable y extraordinario: J.K. Simmons), y el alumno (mejor que nunca: Miles Teller), un héroe al cual no queremos ver fallar, estamos de su lado, pero sus decisiones son frustrantes y llevadas por la obsesión de ser el mejor.

Al principio, el mundo de Andrew es calmado y solitario, incluso cuando está con la chica que le gusta: una coloración azulada y tenue. Cuando entra en el mundo del profesor, se llena de tintes naranja intensos: tensión y ansiedad. Hasta en la conversación más tranquila que tienen, el fondo es azulado, pero el centro mantiene su naranja, intenso hasta el final. Por ahí el ritmo sabe desacelerar, pero ya el espectador no puede hacer lo mismo; es entonces que vuelve a subir la velocidad (como los palillos que tocan el tambor) y nos da uno de los mejores clímax que ninguna película de acción soñaría en tener. Basado en montaje, música y actuaciones, la secuencia final, donde se invierten los papeles de maestro y estudiante, es digna de admirar por su belleza visual y emocionante punto final. Esa y las prácticas de banda a través del filme son escenas de acción.

Por otro lado, Whiplash maneja el camino y las consecuencias de la conducta humana cuando busca llegar a la perfección sin saber exactamente para quién o por qué. Se entremezcla con el desconsuelo de darse cuenta que, en la búsqueda de ese perfeccionamiento (y, en el caso de Andrew, sensación de superioridad), cualquiera puede ser reemplazado. Pero siempre, dentro de esa optimización, habrá alguien que encuentre alguna falla aquí o allá; que si te dicen “buen trabajo”, ya no habrá esa necesidad de mejorar cada día más. Algo que el filme demuestra y, de alguna manera, desafía.

Whiplash no es como una de esas películas de acción comunes y desechables, tampoco una coming of age apta para cualquiera. A veces es thriller, a veces es película de terror; termina siendo todo eso y más. Y, a diferencia de las demás, no es —ni será— fácil de olvidar.

Po dijo...

DW, me le he ausentado unos días pero quiero contarle que Whiplash es una de las películas que más he disfrutado este año del 2015. Las razones ya las han dicho otros con mucha más propiedad que yo pero igual me sumo a la recomendación que usted y los demás seguidores de esta huella han hecho. Gracias como siempre.

Sergio dijo...

Esta reseña la había escrito hace rato, antes de que ganara el montón de premios y fuera más popular. La peli me fascinó, básicamente.


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Por lo general, cuando se ve una película, el público busca momentos de catarsis y distracción que sean fáciles de digerir y olvidar. Por eso es que las batallas grandiosas de la edad media, carreras rápidas y furiosas o simples encantamientos que lleven a escenas de mucho movimiento son temas que pueden causar con facilidad el clímax deseado en la audiencia y dejarla satisfecha. Por eso es que ahora se prefiere montar este tipo de espectáculo visual antes de contar bien una historia.
Entra a escena Whiplash y rompe, de cierta forma, con esa concepción de una escena de acción, donde no es necesario tanto efecto especial, sino buen manejo de lo técnico y simple creatividad.

Y es que de principio a fin, este pequeño, gran filme maneja un nivel de ansiedad, emoción y velocidad, mientras funciona técnicamente con excelencia: imágenes finas y pulidas, personajes inolvidables y una originalidad en el guión digna de ser recordada; escrita y dirigida por el primerizo, Demian Chazelle (excelente).

Andrew Neiman es aspirante a baterista de jazz. En su conservatorio está el profesor Terence Fletcher, quien lo recluta y le sacará hasta la última gota de sudor (y unas cuantas de sangre) para que logre tener el mejor estilo al tocar.
Es una relación de maestro y alumno donde terminan saliendo chispas, no solo por la química entre los actores, sino porque cada personaje es construido, desde el principio, con suma precisión: el profe, un exquisito villano exigente y vengativo (formidable y extraordinario: J.K. Simmons), y el alumno (mejor que nunca: Miles Teller), un héroe al cual no queremos ver fallar, estamos de su lado, pero sus decisiones son frustrantes y llevadas por la obsesión de ser el mejor.

Al principio, el mundo de Andrew es calmado y solitario, incluso cuando está con la chica que le gusta: una coloración azulada y tenue. Cuando entra en el mundo del profesor, se llena de tintes naranja intensos: tensión y ansiedad. Hasta en la conversación más tranquila que tienen, el fondo es azulado, pero el centro mantiene su naranja, intenso hasta el final. Por ahí el ritmo sabe desacelerar, pero ya el espectador no puede hacer lo mismo; es entonces que vuelve a subir la velocidad (como los palillos que tocan el tambor) y nos da uno de los mejores clímax que ninguna película de acción soñaría en tener. Basado en montaje, música y actuaciones, la secuencia final, donde se invierten los papeles de maestro y estudiante, es digna de admirar por su belleza visual y emocionante punto final. Esa y las prácticas de banda a través del filme son escenas de acción.

Por otro lado, Whiplash maneja el camino y las consecuencias de la conducta humana cuando busca llegar a la perfección sin saber exactamente para quién o por qué. Se entremezcla con el desconsuelo de darse cuenta que, en la búsqueda de ese perfeccionamiento (y, en el caso de Andrew, sensación de superioridad), cualquiera puede ser reemplazado. Pero siempre, dentro de esa optimización, habrá alguien que encuentre alguna falla aquí o allá; que si te dicen “buen trabajo”, ya no habrá esa necesidad de mejorar cada día más. Algo que el filme demuestra y, de alguna manera, desafía.

Whiplash no es como una de esas películas de acción comunes y desechables, tampoco una coming of age apta para cualquiera. A veces es thriller, a veces es película de terror; termina siendo todo eso y más. Y, a diferencia de las demás, no es —ni será— fácil de olvidar.

Po dijo...

Bien por don Sergio... el hombre de las series por televisión.

Javier Fernández dijo...

Qué bien, DW! Excelente película!
Qué bueno que le sirvió el dato del rock sobre el jazz!

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Javier:
Claro que me sirvió.

José Mairena dijo...

He visto esta película en video, pero quiero ir a verla en cinema por pura lujuria.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

José:
José Mairena: el sábado fue el estreno de la película tico-argentina (LA METTRIE) en el Club Magaly. Buena asistencia, pero ¿sabe qué? la gente tradicional del cine costarricense no llegó. Solo vi a Jurgen Ureña.

Adriana Zúñiga Castro dijo...

¡Me fascinó!!!! ¡Salí con necesidad de tomarme un relajante muscular!. No hay nada en Whiplash que no pueda pasar en la vida real (lo digo con conocimiento de causa). Lástima que la traducción/subtítulos algunas veces se quedan cortos con lo que dice el profesor; supongo que la censura los suavizó. Efectivamente como alguien decía, no es una película de Jazz solamente, y yo (como medio músico), creo que no queda solo para músicos, si bien se puede vivir esto en las Artes en general, pienso que se puede extrapolar a la vida en general: ¿conocemos nuestros puntos de quiebra? ¿sabemos cuál es nuestro máximo umbral? Y poniéndonos rudos: ¿sabemos hasta dónde somos capaces de empujar a otro???. Esta película nos demuestra que para soltar tu adrenalina no necesitás solo carreras de "naves chuzísimas" ni pelas en los cielos con seres de otra dimensión. Y para terminar, SI estoy de acuerdo con que una de las peores cosas que podés hacer es quedarte en el "bien hecho".

Daniel Granados Castillo / Fanatiticos dijo...

Es curioso cómo muchos han cuestionado la relación de Andrew (el joven músico) con la muchacha, pero pasa. Me ha pasado y a mis amigos músicos también. Y no solo en este ámbito, porque también en lo deportivo suele suceder.

Mark de Zabaleta dijo...

Muy bien comentada....

Saludos

Leonardo Ugalde Cajiao dijo...

Por mucho, en lo personal, la mejor de las ocho que estuvieron nominadas este año al Oscar a mejor pelicula. Excelente crítica don William, lo único que me sorprendió fue que no le pusiera un 10 de calificación, para mí lo merece sobradamente.

Milena Rojas Ramírez dijo...

La película es impecable... ¡Véanla! Y si son músicos ¡véanla dos veces!

Gustavo Arguedas Solís dijo...

El lobo estepario consideraba decadente a la música jazz; claro está que cualquier música es decadente si se compara con Mozart.

Adrián Montero dijo...

Esta es de la que hay que ver en el cine, no es ni será lo mismo jamás verla en la tv por más home theater que se tenga!!!...

Maripaz dijo...

Me ha encantado la crítica así como los comentarios de los seguidores del blog. Siempre un placer visitar un lugar para los amantes del cine. ¡Gracias!

Alí Reyes dijo...

Me han recomendado mucho esta película, pero ahora que la colocas en una entrada....¡Me entusiasmo más aun!

Gabriel González Vega dijo...

Me pareció muy bien hecha, interesantísima. Solo podría decirse que es monotemática, demasiado enfocada, sin embargo mis alumnos y yo nos mantuvimos sin aliento, profundamente emocionados y reflexivos. Muy recomendada.

Óscar Laguna / Fanatiticos del Cine dijo...

Muy de acuerdo con su comentario Wílliam. Personalmente encuentro que es un filme muy bien hecho. La única debilidad que me atrevo a nombrar es que el director para darle un sobredramatismo exageró en algunas partes (innecesario accidente automovilístico, por ejemplo).

El sentir de Ana dijo...

Eso de presionar al alumno hasta llevarlo al mismísimo infierno, no sé, puede ser que de ahí salga el nuevo "músico" el de esta era, o un muerto, un frustrado, un deprimido más. Yo disfruté la película, aunque las agresiones del profesor me chocaron como una palatada en la espinilla. Conozco ese gran esfuerzo que hacen de un músico o de cualquier artista uno singular y no uno más del montón. Un abrazo DW.

Carlos Echinope Arce / / Letras Uruguay / dijo...

Hola. Quedaron prontos los dos últimos:
Whiplash: Música y obsesión (2014) - Título original: Whiplash -
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/venegas_william/whiplash_musica_y_obsesion.htm

En la mira (2015) - Título original: The Gunman
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/venegas_william/en_la_mira_2015.htm

Saludo grande: Carlos

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/

Carlos Echinope Arce / / Letras Uruguay / dijo...

DW:
Ya subí dos comentarios de los clásicos en ti: nada elogiosos, jajajaja . Tipos queridos: los críticos... Un día un dramuturgo me pidió que quitara de letras a un crítico teatral... no le había gustado nada su crítica... A ti te hubiera ido a buscar con el grupo Swatt... jajajaja

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Carlos (Echinope):
Gracias por su meritoria constancia...

Rembrandt dijo...

Bella película, de ésas imperdibles y para ver en más de una ocasión. J. K. Simmons, maravilloso.

Un placer leerlo William, como siempre.

Abrazos amigo mío.
REM

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Rembrandt:
Gracias montones por la constancia de su cariño pata nuestra amistad y para mí blog. Va igual para allá.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Rembrandt:
"para" no "pata".