La idea del director Robert Zemeckis de contar una historia en cine con las interrupciones constantes de un narrador que cuenta su propia historia, a cada momento, cortando el propio relato, no fue la mejor decisión para la película En la cuerda floja (2015, THE WALK). Es un exceso y esa intromisión del narrador cansa. La verdad es que la historia del funanbulista Philippe Petit no es tan interesante, excepto por el momento cuando caminó, sobre un cable, el espacio que separaba a las Torres Gemelas de Nueva York, y esto sí lo filma bien Robert Zemeckis (con ayuda de tecnología digital) para acentuar lo mejor del filme: su sensación de vértigo. Nada más.
Blog de wílliam venegas segura, crítico de cine, teatro y de otras huellas al ojo [Costa Rica]
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miércoles, 28 de octubre de 2015
Dos filmes: "En la cuerda floja" y aparte "Escalofríos"
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14 comentarios:
The Walk casi se cae de su propia cuerda floja
Historias de superación abundan en el cine. Esas que emocionan al público, que saquen una lágrima o que hasta despierten un odio inmenso. Todas cuentan con un
elemento en común: el deseo humano.
Es fácil identificarse con personajes que tengan una meta, un sueño que, al final de la película, se vea cumplido de una u otra manera. Pero hay una parte importante e indispensable para que la catarsis del espectador sea exitosa: un buen personaje. No quiero decir que todos se tienen que identificar con todas las historias que se ven, unas llegan más que otras, pero el sentimiento de empatía debe existir al menos para decir que se entienden y justifican las acciones que el personaje realiza.
En The Walk (En La Cuerda Floja), tenemos a Philippe Petit, alguien que quiere llegar a su objetivo a como dé lugar, no importa si debe quebrantar la ley, engañar o involucrar a personas cercanas y desconocidas. Su deseo de caminar sobre un alambre de tensión de una torre gemela a la otra (el World Trade Center en Nueva York), es extremo, irresponsable, casi ridículo y hasta molesto por la insistencia de que todo aspecto de su plan quede listo a la perfección. Pero algo logra hacer clic en el espectador por la manera en que el director, Rober Zemeckis, cuenta la historia, especialmente en la segunda mitad del filme, donde efectivamente el espectador mismo se siente en la cuerda floja.
El mecanismo narrativo funciona porque el mismo Philippe habla con la cámara, expresa lo que siente, es narrador protagonista de sucesos y emociones internas, hasta ahí, todo en orden. Pero esa manera de contar la historia (el rompimiento de
la cuarta pared) no deja que la buena actuación de Joseph Gordon-Levitt se
desenvuelva totalmente. Los momentos de mayor conexión con el actor a la hora de transmitir con sus expresiones faciales, se ven interrumpidos por los cortes abruptos del mismo personaje, pero hablándole al público. Entonces, la magia de
poder transmitir en imágenes decae en exceso de monólogo que no deja “sentir”
una completa experiencia.
Muy por debajo están los demás personajes, en función del principal. Pero la historia se desarrolla bien a lo largo de esa línea, que sienta bien las bases para la tensión del tercer acto. Claro, la última media hora es lo mejor, pero no tendría la misma fuerza sin la adecuada construcción de acontecimientos previos al clímax. Tampoco sin la eficacia visual y ángulos imposibles de la cámara para dinamizar la caminata en las alturas. A eso le sumamos música “dulce” y colores brillantes de la fotografía, como si simularan la visión optimista y eléctrica de Philippe.
The Walk es, entonces, enteramente sobre su protagonista, todo lo que gira a su alrededor y lo que desea hacer; actitud un tanto egoísta que la película pasa
desapercibida para que se le considere apenas mera tenacidad. Pero el mismo Petit, y nosotros como espectadores, no debemos olvidar que la ayuda de los demás es crucial para lograr esos grandiosos sueños, y que ellos también tienen los propios. Ahora el apoyo debe darlo él, dejando que los que le ayudaron también
puedan alcanzar sus metas; y nosotros aprender a hacer ese adecuado balance,
después de balancearnos con él, en la cuerda floja.
Has sabido valorar ponderadamente estos dos temas...
Saludos
Aplaudo con gusto el comentario del crítico Ssergio Beeche A.
Aplaudo con gusto el comentario del crítico Ssergio Beeche A.
El comentario de Sergio estuvo muy bueno.
Muy buena reseña de Sergio Beeche. Respecto a las pelis las dejaré pasar ya que no es el tipo de cine que me gusta.
Abrazos William
REM
Este Beeche
sus beeches se trae
y sea su Antezana
antesala luego de la muerte de DW,
pobre DW,
ya lo mandé a enterrar,
es que prefiero a Beeche
que al malecón de Peri
Pericles.
Sergio Beeche es miembro fundador y directivo de nuestro Club Magaly a mucha honra nuestra.
El próximo sábado 31 de Octubre proyectaremos "Halloween" (1978), de John Carpenter a la 1 de la tarde en el cine Magaly. Grs.
Sergio es compañero del Club Magaly efectivamente y es un joven con mucho criterio para las críticas y lo demuestra con su comentario de esta película.
Saludos, Carmen Fernández
Escalofríos (2015) -
Título original: Goosebumps -
Crítica cinematográfica de William Venegas
en
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/…/escalofrios_2015.…
Letras Uruguay: Editor echinope@gmail.com / twitter @echinope
https://www.facebook.com/carlos.echinopearce?fref=ts
Me gusta tu artículo, me parece muy interesante. Un abrazo, Primitivo. Y que pases una buena tarde.
Creo que coincidimos en señalar estas pelis como flojas y no muy logradas.
Saludos.
Escalofríos no fue tan buena como esperaba. Defiitivamente la película de En la Cuerda Floja es la mejor. La recreación de las Torres Gemelas me dejó impresionada. La actuación de Josehp Gordon es memorable, desde su caracterización hasta el acento francés que logra. Zemmeckis logra narrar la historia de una forma amena, la película mantiene un buen ritmo. La elección del elenco fue un acierto excelente y ni hablar de lo bien que están los efectos especiales.
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