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martes, 19 de julio de 2016

"La leyenda de Tarzán": recreación de David Yates

Lex Barker
Johnny Weissmuller
Así, de primera entrada, dos realidades son fáciles de señalar a propósito de la película La leyenda de Tarzán (2016), dirigida con “garbo salvaje” (oxímoron) por el inglés David Yates. Primero, la narración tan redonda que ofrece al espectador y, segundo, su pompa visual. El escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs (1875–1950), nacido en Chicago, fue el creador del personaje Tarzán, justo cuando el propio escritor y sus lectores apostaban a sus creaciones dentro de la ciencia-ficción, muchas de ellas como parte de la llamada literatura “pulp-fiction” (por el aspecto barato del papel). Fue en octubre de 1912 que apareció su novela Tarzán de los monos. Fue serie en literatura, en historietas, en radio y en televisión. El primer Tarzán del cine fue el actor Elmo Lincoln, en 1918. Como historieta o cómic, el primer dibujante de Tarzán fue el canadiense Harold Foster. Sin embargo, desde 1931, si hay una persona a quien la mayoría relaciona con Tarzán es al actor Johnny Weissmuller. He de confesar que crecí leyendo las revistas de Tarzán y viendo muchas de sus películas.  Me es inolvidable Lex Barker, mi Tarzán preferido, cuyo estilo intenta copiar ahora el actor Alexander Skarsgård en La leyenda de Tarzán. Para desgracia de esta película, este actor sueco es lo peor del filme, un desastre como el “hombre mono”: inexpresivo y nada creíble con su personaje. En general, la dirección de actores es muy mala: cada quien igual de acartonado. Pese a ello, el relato se muestra coherente y esferoidal con buen manejo del ritmo y de los tiempos narrativos, mediante la técnica de la retrospección siempre en momentos oportunos (ningún “flashback” fuera de base). Así, la historia tradicional de Tarzán se enlaza bien con su regreso de la “civilización europea” a la selva que lo vio crecer entre simios ‘manganis’.Está el asunto ideológico de siempre: el blanco que salva a los negros. ¡Es Tarzán! Esto casi resulta insalvable ahora; pero, al menos, el filme plantea bien y denuncia la codicia europea que llevó África a la pobreza actual: la explotación de sus minerales y la de sus habitantes (esclavismo). Como filme, La leyenda de Tarzán se apoya en el trucaje por computadora, que gusta a las nuevas generaciones y puede abrumar a quienes, como buenos viejos, decimos que todo tiempo pasado fue mejor, por lo que añoramos el grito de Johnny Weissmuller, el cual no es otra cosa que su versión de un canto tirolés.

19 comentarios:

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

LA LEYENDA DE TARZÁN

Título original: The Legend of Tarzan
Estados Unidos, 2016
Género: Aventura
Dirección: David Yates
Elenco: Alexander Skarsgård, Samuel L. Jackson, Margot Robbie, Christoph Waltz
Duración: 110 minutos
Calificación: TRES ESTRELLAS ( * * * ) de cinco posibles

Fernando Alfredo Quesada · Doctor en Intergastro SA de CV dijo...

A mi me pareció una película muy buena y entretenida, con datos históricos y culturales muy interesantes, con menos trivialidades que otras. Creo que ver una película sobre Tarzán predispone a pensar en ficción. Yo tambièn crecì entre cómics e historietas y me parece que la historia es bastante buena sin llegar a ser espectacular. El actor también me pareció adecuado ya que no esperamos que Tarzán sea un individuo histriónico y extremadamente culto... Lo lógico es que su afecto sea aplanado y un poco inexpresivo, claro, creció en la selva criado por monos destacándose sus habilidades físico atléticas debido a su adaptaciòn en la selva. Creo que a veces la crìtica se basa en el estereotipo que cada quien se ha formado en su cabeza de quién y cómo debe ser el personaje. La historia interesante, la escenografía espectacular y los efectos especiales no emborrachan como otras películas de la actualidad.

http://www.nacion.com/ocio/cine/Critica-cine-leyenda-Tarzan_0_1573442693.html

Pol Duarte dijo...

Fue por el prejuicio mismo que el comentario del crítico fue así.

Excelente Don Fernando.

Janet Mora · Gerente General en Ingeniera Doméstica dijo...


La verdad, no me gusto el protagonista ( Tarzan ),la historia sí, la mujer bellísima, y le doy un 10 al malo, con su espectacular actuación, creo que mejor le cambio el nombre "La leyenda del malo de selva".

Esteban Cuvardic dijo...

¿Trucaje por computadora? Ese es uno de los problemas del cine actual. Aburre. En lugar de eso, el domingo me deleité viendo en cable esa gran pelicula que es Primicia Mortal.

Artes y Humanidades dijo...

¿ATACA Tarzán a lo católico?
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Innecesariamente en la película se ataca a símbolos y tradiciones católicas, lo cual refleja la ideología de los productores y la omisión de W. Venegas. Por lo demás, prefiero las de Johnny Weissmuller.

http://www.nacion.com/ocio/cine/Critica-cine-leyenda-Tarzan_0_1573442693.html

Ginnette Alvarado Soto dijo...

http://www.nacion.com/ocio/cine/Critica-cine-leyenda-Tarzan_0_1573442693.html

¿ATACA Tarzán a lo católico?

Soy católica practicante y antes de ver la película escuché un comentario como este, que en la película tarzán se ataca a la iglesia católica, pero la verdad no estoy de acuerdo. Creo que el foco está sobre "el malo de la película" no sobre la iglesia. Hay que ubicarse siempre en el contexto y en la época en la que se presentan los hechos para entender el uso de la simbología; en este caso, mi opinión es que hablar de atacar símbolos católicos es hilar delgado. Existen muchos personajes retorcidos, en la vida real que utilizan la religión y los símbolos religiosos de forma no adecuada y eso no es culpa de la iglesia, sino de una mente retorcida. Mi opinión con todo respeto.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Estoy convencido de que lo único que ataca la esencia cristiana del catolicismo, hoy y ayer, es el propio catolicismo. Muchos signos católicos se usan como instrumentos de muerte en el cine, por ejemplo en el cine de terror y en el "gore". ¿Tanto por el uso de un rosario para matar? Peor hay en cine.

Ginette Alvarado Soto dijo...

A mí la película me encantó al igual que el personaje de Tarzán.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Si hablásemos de retórica, podríamos afirmar que entre Tarzán, como personaje, y el actor Weissmuller se llegó a dar una total sinécdoque (designar al segundo con el nombre del primero).

Po dijo...

Las cosas que tiene que soportar mi estimado señor DW y es como que digan que si alguien mata a otro con una caña de bambú es porque los pandas somos malos.

wílliam venegas segura dijo...

La leyenda de Tarzán * * *
De la urbe a la jungla
De Elmo Lincoln a Alexander Skarsgård, Tarzán se mantiene con vida con su grito de canto tirolés.

Sergio dijo...


Con un título como La leyenda de Tarzán para cambiar un poco la presentación de una historia que tiene más de cien años de existir, Warner Bros. ofrece una nueva adaptación de la creación original de Edgar Rice Burroughs sobre el hombre que es criado en la selva y conoce a la mujer que resulta su vía hacia el mundo de los humanos. Ahora, John Clayton III no es necesariamente un hombre, pero tampoco es un mono, es Tarzán, y la parte de “leyenda” en esta nueva adaptación intenta explicar eso con una narración interesante, pero que no llega a su potencial total como para cautivar o asombrar al espectador. Y parece que el estudio se dio cuenta, por lo que la publicidad para la película no ha sido tan agresiva como se hubiera esperado.

The Legend of Tarzan no es mala, pero tampoco es excelente. Es, de nuevo, un entretenimiento de verano que pasa sin mucha bulla entre las películas más populares o anticipadas de la temporada. La historia es más sobre el regreso y la posición del personaje principal ante las amenazas belgas que tiene el Congo y los diamantes de Opar (lugar en la jungla de África inventado por Burroughs). En ese intento de continuación y no repetir una historia de origen, se incluyen flashbacks del encuentro entre Jane y Tarzán, como para evidenciar la felicidad de esos momentos y las intenciones de cada quien en el pasado para aclarar los acontecimientos del presente.

Pero este regreso es más una manera de encausar la historia que casi, casi cae en un desorden narrativo; por suerte, no sucede. Se salva, en gran parte, por las imágenes que David Yates (director de las últimas tres películas de Harry Potter y el escogido, también, para Fantastic Beasts) mantiene durante todo el filme; su visión salva cada encuadre que pasa, por más flojo que resulte el guion. La cámara se adentra y sobrevuela la vasta y hermosa jungla a la que pertenece Tarzán, conservando el ritmo y riqueza visual que aporta a la historia, ya de por sí conocida y reconocida.

Sergio dijo...

El peso de las excelentes imágenes se diluye un poco con las actuaciones que apenas cumplen o que pasan desapercibidas. En gran parte por los personajes apenas desarrollados o superficiales, como el cansado Christoph Waltz con su única manera de interpretar a un villano en pantalla. El mejor es Samuel L. Jackson con su aire más ligero y cómico ante la seriedad del metraje. Y el más deslucido, lamentablemente, es Alexander Skarsgård, quien posee la imagen y el físico apropiados para el papel, pero su inexpresividad no permite una conexión más profunda con el personaje. Por otro lado, los efectos especiales del clímax final no resultan tan efectivos como las dos únicas escenas de acción que hay. Yates filma combates mano a mano (en especial, el de Tarzán con su hermano gorila) con muchísimo cuidado y estilo. Son secuencias que vale la pena ver, y resultan con más peso narrativo que el intento de espectacularidad, sin mucha justificación, durante la estampida final.

De todos modos, los temas que tiene la película, aunque a veces olvidados a lo largo del metraje, son interesantes y adecuados para una historia sobre un personaje que no calza ni en un lugar ni en el otro. Se trata de un ser que ha vivido en dos mundos totalmente diferentes, que está cómodo en ambos, pero que no pertenece completamente a ninguno. Entonces, ¿cómo es él la “leyenda” que salva al pueblo africano y la selva que lo crió? Como un fantasma —por su piel blanca— que puede comunicarse con cualquier ser de la naturaleza. Ahí, la escena de los elefantes evidencia el cuidado y absoluto respeto que hay que tener por la naturaleza, para poder mantener el balance que el humano codicioso llega a romper. Él honra sus raíces más profundas que son, antes que nada, parte de la tierra misma, la que lo vio crecer. Se vuelve más una idea que una personalidad concreta.
De todas maneras, el regreso de Tarzán a la selva es parte de su propio viaje como persona y animal. Atado a las fuerzas inexorables de la naturaleza, él puede ser la barrera y soporte más importante. Por eso, los flashbacks funcionan a la perfección como recuerdo y como evolución del personaje: esa intriga y alegría de un primer encuentro y el señalamiento de los errores que se pueden cometer por instinto o impulso son retrospectivas narrativas que permiten profundizar la historia y, a la vez, representan el aprendizaje del pasado para encontrar el balance en las acciones que mejoren el presente y eviten un oscuro futuro.

The Legend of Tarzan se adentra en lo anterior y brinda, acompañado de las imágenes de su excelente fotografía y correcta banda sonora, una mirada conocida de sus temas junto con varios subtemas menos evidentes, pero sutilmente presentes. Entre el espectáculo visual o intento —fallido— de hacer un éxito de acción de verano (en parte porque el director tuvo que apresurarse para filmar su siguiente, y más grande, proyecto), el filme se disfruta y pasa como entretenimiento agradable, al cual, si se observa con cuidado, puede mostrar diferentes aspectos válidos de denuncia o reflexión entre las lianas por las que se transporta el siempre misterioso hombre de la selva.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Sergio:
Buen comentario.

Pablo Navarro Solano dijo...

Ahora quien se ataca a sí misma es la Iglesia. ¡¡Qué fácil que es lavarse las manos!!

wílliam venegas segura dijo...

Retomando la frase de Pablo Navarro Solano: es a la estructura católica a la que le hace falta lavarse las manos y comenzar de nuevo; pero esto nada tiene que ver con Tarzán.

Mark de Zabaleta dijo...

Una interesante manera de renovar a Tarzán...

Saludos

Melanie dijo...

Nada mas que agregar el comentario de Sergio. "Ahí, la escena de los elefantes evidencia el cuidado y absoluto respeto que hay que tener por la naturaleza, para poder mantener el balance que el humano codicioso llega a romper" Esta escena fue muy emotiva y es por ese mensaje que me gustó la película.