El silencio de Lorna es la voz de una gran película

Es admirable lo consecuentes que son los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne con su cine. Ahora, con El silencio de Lorna (2008), vemos lo fieles que son no solo con su estética, sino también con los conceptos desmitificadores, solidarios y de denuncia social que ofrecen con sus tramas. En El silencio de Lorna entramos al submundo mafioso que explota a las mujeres para su negocio de venta de ciudadanías. La mujer se llama Lorna. A ella la casan con un adicto a las drogas. Luego de nacionalizada, la necesitan para que se case con otros inmigrantes en el país valón. Al principio, los sucesos parecen darse dentro de una pretendida cordura. El filme, poco a poco, es un viaje a círculos infernales que transportan a las mujeres al grado de la locura. Los hermanos Dardenne son capaces de contar poco, pero igual de decir mucho. También están la entrega de la actriz Arta Dobroshi. Ella carga con la película, no solo como imagen, sino con toda la categorización conceptual y emocional de la trama. Es cine sin aditamentos, pero con una semántica clara: la de una realidad que se inserta en el escenario de una globalización despiadada y perversa. (wílliam venegas)