La gente no ve películas a ojos cerrados: ¡sucedió!

Sucedió en la sala 2 de los cines Cariari, con la película costarricense A ojos cerrados. Comerciales. Avances. Comienza la película, no a ojos cerrados, sino a oídos cerrados. Sin sonido: es silencio, no de la película (es la cuarta vez que la veo y es la mejor cinta costarricense a hoy). Surgen los chiflidos. No es malacrianza, los espectadores quieren avisar. Algunas personas salen de la sala y avisan. Se les dice que es problema de la copia. La gente exige ver/oír el filme bien. Arreglan el sonido, pero es muy bajo. Es la copia, le vuelven a decir a los espectadores. El público no se deja, exige ahora que rebobinen la cinta y verla/oírla bien desde el principio. No se puede hacer, dice alguien de parte de la empresa del cine. “Se tiene que hacer” es la respuesta del público. La gente insiste. Detienen la proyección. A lo sumo diez minutos después, el filme comienza de nuevo, desde el principio y con buen sonido. ¿No que no se podía? ¿No que era la copia? El público abrió los ojos... (wílliam venegas)